lunes, 16 de marzo de 2015

SEMANA 10

SEMANA 10

PRUEBA DEL PRIMER PERIODO:



PRUEBA PRIMER PERIODO ETICA Y RELIGION  SEXTO Y SEPTIMO  GRADO

LA GRATITUD

Es un valor  por el  cual una persona reconoce, interior y exteriormente, los regalos recibidos y trata de corresponder en algo por lo que recibió. Esencialmente, la gratitud consiste de una disposición interior, un corazón agradecido, pero cuando es genuino trata, de alguna forma, de expresarse en palabras y en obras. Consecuentemente, incluye tres elementos: reconocimiento de que un regalo ha sido recibido; apreciación expresado en agradecimiento; y en cuanto sea posible, regresar de alguna manera lo que se le ha dado de forma gratuita sin ninguna obligación de parte del dador.
Entre los ejemplos del Evangelio resalta la historia de los diez leprosos (Lucas 17). Solo uno regresó a darle gracias a Jesús por su curación milagrosa. Jesús lo puso por ejemplo y se entristeció por los otros nueve. Sin duda la gratitud es necesaria para entrar en una auténtica relación con Dios o con la persona que nos haya agraciado. La gratitud debe tomar las expresiones adecuada, no según la expectación de uno u otro sino en la forma que más convenga para fortalecer la relación que Dios desea establecer entre las personas. Cuando se refiere a gratitud para con Dios, no debe ser menos que adoración y consagración de la vida entera a su amor y su servicio.
A lo largo de nuestra vida nos rodeamos de personas por quienes tenemos especial estima, preferencia o cariño por "todo" lo que nos han dado: padres, maestros, cónyuge, amigos, jefes... El motivo de nuestro agradecimiento se debe al "desinterés" que tuvieron a pesar del cansancio y la rutina. Nos dieron su tiempo, o su cuidado.
No debemos olvidar que nuestro agradecimiento debe surgir de un corazón grande.
No siempre contamos con la presencia de alguien conocido para salir de un apuro, resolver un percance o un pequeño accidente

Viviendo el valor

El valor de la gratitud se ejerce cuando una persona experimenta aprecio y reconocimiento por otra que le prestó ayuda. No consiste, necesariamente, en “pagar” ese favor con otro igual, sino en mostrar afecto y guardar en la memoria ese acto de generosidad. Más que centrarse en la utilidad práctica del servicio recibido, pondera la actitud amable de quien lo hizo.

Aprende a dar las gracias

Ya hemos visto qué es la responsabilidad: aplicarnos con dedicación a lo que nos corresponde; por ejemplo, que el señor barrendero limpie la calle sin dejar un solo papel. Ya vimos también qué es la generosidad: cuando damos más allá de lo que nos corresponde. Por ejemplo, el maestro que se preocupa por explicarnos de nuevo lo que todos ya entendieron.
La alegría que esos favores despiertan en nuestro corazón se llama gratitud. Se manifiesta hacia afuera cuando decimos “gracias” con una sonrisa, cuando le hacemos saber a la persona que nos ayudó lo importante que fue para nosotros ese detalle inesperado (no importa si fue un objeto, un consejo o un pañuelo desechable cuando nos vieron llorar). Pero la gratitud no se reduce a una palabra ni se queda en la superficie: enriquece y transforma nuestra vida cuando mantenemos presente ese acto de afecto para con nosotros. A través de ella nos sabemos queridos por los demás. A través de ella, sabemos querer a los demás.

Para la vida diaria

•Aprende a usar la fórmula que no falla. “Por favor” indica que pedimos algo especial. “Gracias” indica que reconocemos la ayuda.
•Piensa y reconoce todo aquello que recibes de los demás. Exprésalo a tu estilo: con palabras, con un abrazo, con una carta.
•Ve construyendo una cadena de favores: cuando tú recibas uno, haz otro, y pide a esa persona que siga extendiendo la red de ayuda y gratitud.
•No agradezcas sólo los bienes materiales. La ayuda que va más allá de los objetos es tal vez la más valiosa.

Por el camino de la gratitud

•Vence tu orgullo, piensa en quienes te han dado la mano a lo largo de la vida. Comprende que te ayudaron a ser quien eres.
•La gratitud no es un intercambio de objetos: “tú me diste, yo te di”. Significa, más bien, “tú te esforzarte por mí, yo estoy dispuesto a hacerlo por ti.”
•No sólo hay que dar las gracias a quienes están vivos y cerca de nosotros. Reconoce en tu corazón a quienes te ayudaron aunque no vivan o se encuentren lejos.

ACTIVIDAD: Reflexiona…

1.         Lee la guía y da tu propio concepto de gratitud
2.         Qué debo hacer para vivir el valor de la gratitud?
3.         Por qué es importante agradecer y decir “por favor”?
4.         Qué sientes cuando alguien te da un regalo?
5.         Cuándo te levantas de la cama le das gracias a Dios por el nuevo día y las cosas buenas que hay en tu vida.  Si o no y por qué?
6.         Qué es para ti dar las gracias?
7.         Busca en la biblia el texto Lucas 17: 1-15, como expresan la gratitud a Jesús y qué enseñanza  me deja par mi vida.
8.         Busca un cuento sobre la gratitud, realiza un dibujo del mismo y escribe que mensaje me deja para la vida.
9.         Cuál es el antivalor de la gratitud? explica cómo se manifiesta.
10.       Cómo hay que manifestar la gratitud a Jesucristo por lo que ha hecho por nosotros?
11.       Busca la canción Gracias a la Vida y pégala en tu cuaderno, explica que mensaje quiere transmitir.
12.       Escribe 3 mensajes de gratitud hacia tus padres, compañeros y profesores.


Solidaridad, camino para vivir el mensaje de Jesús
La solidaridad, vivir la clave del mandamiento del Amor

La Biblia no menciona la palaba solidaridad, pero habla de la justicia y el amor. El Antiguo Testamento nos transmite el mensaje de un Dios que sale al encuentro de su pueblo, para liberarlo, conducirlo a una vida digna, y velar porque se cumpla su proyecto de justicia y dignidad para todos. El Dios del Antiguo Testamento quiere la justicia, la paz y la libertad para sus hijos, para su pueblo. El Nuevo Testamento nos transmite la propuesta de Jesús, Dios de la Vida, que llega a nosotros para enseñarnos el camino hacia el Reino. Retomando la tradición profética de las enseñanzas del Antiguo Testamento, Jesús nos revela que el Reino es proyecto de justicia y vida para todos los hombres. Esta es la voluntad de Dios y esta es su propuesta.
"Jesús salió fuera de su propio grupo religioso, social y cultural, para abrazar a toda la raza humana como a sus hermanos y hermanas, como a sus parientes y vecinos. El mandamiento del Antiguo Testamento de amar al prójimo había sido interpretado siempre en el sentido de vivir en solidaridad con aquellos que estaban próximos, los miembros del grupo social (ver Lev. 19, 16-18). Esto eventualmente llevó a la frase que no está en la Biblia: « Ama a tu vecino y odia a tu enemigo ». Jesús contradice esto con su buen conocido mandamiento: « Ama a tus enemigos ». Prójimo es cualquier otro ser humano, inclusive los de fuera del grupo, los que son tus enemigo, que te odian, los que te ofenden (Lc. 6, 27-35). En otras palabras, el valor para Jesús no es la solidaridad de grupo, sino la solidaridad humana.
Es esta lealtad básica con la raza humana la que hace de mí un cristiano, un seguidor de Jesucristo, que se identificó con todos los seres humanos. «Todo lo que hiciereis con el menor de mis hermanos a mí lo haréis ». Descubrir a Cristo o a Dios en otro ser humano es trascender todas las otras cosas que yo puedo tener en común con aquella persona y experimentar muy simple y profundamente la humanidad que tenemos en común. Esto es amor cristiano, compasión divina, eso es lo que llevó al buen samaritano a hacer lo que hizo con un judío socialmente despreciado. Todos somos hermanos y hermanas y Dios es nuestro Padre."
Para servir al Reino y colaborar en su construcción, Jesús nos invita a vivir el mandamiento del amor. Este amor se concreta en la vida de todos los días en actitudes compasivas y solidarias hacia los demás, en especial hacia los que sufren o están marginados de la sociedad. Muchos textos bíblicos del Nuevo Testamento nos explicitan en qué consiste vivir el amor, desde la mirada de Jesús:
Para Jesús, el amor concreto pasa por la solidaridad con los que tenemos cerca, partiendo de los que sufren y son excluidos de la sociedad. La prueba de nuestro amor a Dios y la adhesión a su proyecto se verifica por la capacidad de ser solidario con los demás: compadecerse de su situación y actuar para cambiarla.

El principio de solidaridad.

-Por medio del ejercicio de la solidaridad cada persona hace  un compromiso por llevar a cabo el bien común y servir a los demás.
-La solidaridad, por lo tanto, significa la voluntad de darnos por el bien de nuestros prójimos.
-La solidaridad no es solo filantropía. Nuestro prójimo no es sólo alguien con derechos «sino que se convierte en la imagen viva de Dios Padre, redimido por la sangre de Jesucristo y puesto bajo la permanente acción del Espíritu Santo»
-La solidaridad es tanto un principio de la vida social como una virtud moral que cada persona debe desarrollar.

¿Qué entendemos por solidaridad?

Su concepto ha experimentado un proceso de transformación que se refleja en todos sus ámbitos. Para algunos es la reivindicación de derechos fundamentales y para otros sólo una actitud de piedad centrada en la limosna y en la asistencia.
. La solidaridad nace del ser humano y se dirige esencialmente al ser humano.
• La solidaridad es un valor contrario al individualismo y al egoísmo.
• Se refleja en el servicio y busca el bien común.
• Su finalidad es intentar o solucionar las carencias espirituales o materiales de los demás.
• Requiere discernimiento y empatía –ponerse en el lugar del otro-
La verdadera solidaridad, es aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.

La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc. Para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad.


La solidaridad siempre implica los siguientes puntos:

1.         afecto: la fidelidad del amigo, la comprensión del maltratado, el apoyo al perseguido, la apuesta por causas impopulares o perdidas, todo eso puede no constituir propiamente un deber de justicia, pero si es un deber de solidaridad.
2.         Compasión: porque la solidaridad es un sentimiento que determina u orienta el modo de ver y acercarse a la realidad humana y social, condiciona su perspectiva y horizonte. Supone ver las cosas y a los otros con los ojos del corazón, mirar de otra manera. Conlleva un sentimiento de fraternidad, de sentir la empatía por el dolor de los otros.
3.         Reconocimiento: no toda compasión genera solidaridad, sólo aquella que reconoce al otro en su dignidad de persona. La solidaridad ad sí tiene rostro, la presencia del otro demanda una respuesta.
4.  Universalidad: “La desnudez del rostro”, la indefensión y la indigencia es toda la humanidad y simboliza la condición de pobreza de esfera intimista y privada.

 ¿Por qué solidaridad?

Solidaridad, porque es lo justo, porque todos vivimos en una sociedad, porque todos necesitamos de todos, porque todos estamos juntos en este barco de la civilización; porque somos seres humanos, iguales en dignidad y derechos.

Actividad: Desarrolla en tu cuaderno de ética

1.         Según el texto  ¿Por qué Jesús relaciona el valor de la Solidaridad con el amor y la justicia? explica.
2.         Qué entendemos por solidaridad?
3.         ¿Cuáles son los principios  e  implicaciones de la solidaridad? Explica cada una
 4.  Busca  las siguientes citas bíblicas:  Jn. 13, 34-35; 1 Jn. 4, 20-21; Lev. 19, 16-18 y Lc. 6, 27-35 ¿ qué mensaje me deja y cómo lo aplico para la vida ? y explica qué relación tienen con el valor de la Solidaridad
5. ¿qué experiencias solidarias conoce en su comunidad, barrio, ciudad, colegio? Escríbelas.                                            6. Lectura del texto: Lc. 10, 25-37  La parábola del buen samaritano nos muestra el camino que propone Jesús para vivir el amor concreto como solidaridad con los demás.

¿Qué dice el texto?

1.     ¿Qué grupos sociales del tiempo de Jesús aparecen en este relato?
                                               
2.     ¿Cuál es la pregunta original del maestro de la Ley?

3.     ¿Cómo es la respuesta de Jesús?

4.     ¿Qué nos dice el texto?

5.     ¿Qué significa ser prójimo para Jesús? ¿Por qué?

6.     En nuestra sociedad, ¿quiénes podrían ser los personajes de la parábola?

7.     ¿En qué situaciones de hoy se plantean cosas parecidas a este relato?


8.     ¿Qué nos enseña el texto sobre la solidaridad? 

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